domingo, 12 de febrero de 2012

Lo operación

Lijando y pintando llego el día de la operación, la noche antes llevamos a los niños a dormir a casa de mis suegros, Marc y yo les habíamos dejado los niños con la ropa de los próximos días para el cole y una serie de instrucciones: a que hora entran y salen, que llevan de almuerzo, que día tienen que llevar el chandal...Los dejábamos muy tranquilos porque mis suegros los han cuidado de pequeños, los quieren un montón y siempre hacen lo que creen que es mejor para ellos.
Ingrese a medio día y me operaron por la tarde, en esta ocasión además de costarme despertar, la anestesia me sento mal y no hice más que tener nauseas y vómitos los 2 días siguientes. Como estaba recién operada llevaba una vía, una sonda para la herida y una sonda para el pipí. Además de sentirme un artefacto con tanto tubo lo pasaba fatal con las arcadas porque tenía que hacer fuerza con el abdomen para vomitar y tenía la herida, la de fuera y la de dentro (me habían quitado el trozo de intestino donde estaba localizado el pólipo) recién hechas con lo cual además de las nauseas con las arcadas me dolía la tripa. Tenía que medio incorporarme para vomitar y casi adopto a la palangana como a una miembro más de la familia, me costo separarme al tercer día de ella. Entre las enfermeras había de todo, las que insistían en que bebiera para tolerar líquidos y las que me decían que no bebiera porque me iba a sentar mal. Después de la operación tarde todo un día en tomarme un aquarius.
Pero todo pasa y esto también paso, empecé a estar mejor y a aceptar que vinieran a verme después de que los 2 primeros días Marc hiciera de guarda jurado y operador telefónico para evitar visitas.
El 2º día había venido el cirujano, me dijo que si toleraba líquidos al día siguiente me iba para casa, yo que andaba con mi aquarius, mi vía y mis 2 sondas y apenas me podía mover le mire con perplejidad y no supe que contestarle, cuando se lo conté a mi hermana mediana, lo tacho (al cirujano) de optimista por no decir otra cosa.
¿Qué les pasa a los cirujanos?, ¿están  tan acostumbrados a lidiar con la vida ajena que una paciente con nauseas, una vía y dos sondas les parece el colmo de la salud?. ¿Pueden trivializar el malestar ajeno hasta el punto de no ver lo que tienen delante de sus ojos?. Supongo que forma parte de su trabajo, no podrían hacerlo si tuvieran que estar pensando en el sufrimiento ajeno, acaban "haciendo callo". A mi, en el trabajo también me pasa, veo y escucho cosas muy duras y luego soy capaz de irme para casa y no pensar en nada de ello.

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